MARTA HA VUELTO
Volvió Marta. En realidad, nunca se había ído, aunque a veces parecía que no estaba. La echábamos de menos en su mejor versión, esa en la que nos deja con la boca abierta y con las emociones a flor de piel, esa que mete triples que en vez de imposibles parecen simples, esa que donde pone el ojo pone la pelota a su antojo, esa que regala asistencias a las que habría que hacer reverencias, esa que defiende como un jabato con fuerza y arrebato, esa que hace del baloncesto pasión y del juego diversión.
Volvió la Marta generosa que con su juego se torna más hermosa, la que ilumina la pista con su sombra y la que arranca aplausos hasta a los más obtusos, la que no se cansa de anotar, la que no deja de luchar, la que no para de asombrar, la niña que enamorada de un balón de vez en cuando encandilaba a todo un pabellón.